viernes, septiembre 26, 2008

Vicky Cristina Barcelona

Vale, desde el mismo título todo indicaba que la película no me iba a gustar una mierda. No sé. ¿Vicky Cristina Barcelona? ¿Pero qué clase de título es ése?. Ahora, después de verla, tenía razón, no me ha gustado nada, sin embargo tengo la sensación de que el título está bien escogido. La última película de Woody Allen es una incógnita para mí, una incógnita aburrida y sin el menor interés, pero con algo por descifrar. Bueno, ya es algo, me gustan los retos. Y es que, se abren las hipótesis y no estoy segura de mi veredicto. ¿Es simplemente eso, una historia sobre dos chicas, Vicky y Cristina, dos turistas tópicas sin encanto, y sobre Barcelona como el cliché por visitar?. En ese caso, el nombre de la cinta por lo menos es honesto. Como decirte: "Mira, guapa, no hay más, es lo que vas a ver y punto". Un acto de honradez de la mano del de Woody, aunque me haría pensar que la edad, la pasta, lo prolífico que es o todo junto, le está pasando una factura difícil de disimular. Y sí, ya sé, hace tiempo que dejó de ser lo que era, pero bueno, aún con todo me sorprendería. Si por el contrario, se trata de un sátira que intenta dar luz sobre un millón de tópicos, entonces, mi perplejidad va en aumento. Porque llega un punto en el que empiezas a plantearte que está siendo consciente, hilvanando caricaturas una detrás de otra con un desenfado "encantador". El macho latino y seductor con pose de artista interesante, que para colmo conduce un descapotable rojo (argh), la turista conservadora y mojigata que hace su tesis sobre la identidad catalana (lo de la identidad catalana me hizo un montón de gracia, que nadie se ofenda pero me dieron ganas de empezar a rodar por el suelo como una croqueta deshecha a carcajadas), la turista "alocada" en constante búsqueda de su yo más tonto (Scarlett da la impresión de pasar por ahí, como un florerito mono de pelo oxigenado) y la española racial, la tía buena histérica (doblemente argh). Y lo demás da igual que lo mismo da. Amoríos, tríos, cuartetos, momentos lésbicos para el imaginario de un pajero fácil de contentar, escenas de la aristocracia más elemental, momentos del artisteo oligofrénico, cosas así. Y como telón de fondo una bucólica imagen de Barcelona y de España en general, a la altura de las expectativas de los más que imbéciles protagonistas. Es decir, personajes planos e hiperbólicos, un narrador al que todo el mundo debería asesinar, reflexiones de baratillo sobre lo estúpidos que somos cuando nos ponemos, un guión espantoso y una historia tan ligera que ni siquiera te roza de puntillas. Lo peor es que tampoco divierte. En mi caso, todo eran bostezos y soplidos y por favor, por favor, que se acabe este muermo YA. Salvo por alguna risa tímida gracias al personaje de Penélope Cruz, que es igual de vacío que el resto, pero por lo menos añade algún respiro a la trama. Y entonces llega el final y todos se van igual que llegaron, quizá un poco más tristes. Final que refuerza mi idea del título en relación con la honestidad. Fue lo único que me gustó, por lo menos es consciente del absurdo y no pretende engañarnos con una profundidad de plástico coqueto. Menos mal.

lunes, septiembre 22, 2008

Se me ocurre una idea de puta madre
vamos a ensartar princesitas
como si fueran lindas mariposas disecadas

Exactamente así es cuando me enfado.





PD: Como ya sé de qué va el tema, a los que tal vez me pregunten, sí, estoy bien. Gracias.

domingo, agosto 24, 2008

Anna Bessonova


Tantos años siguiendo la gimnasia rítmica para sentir auténtica vergüenza en los juegos de Pekín. No es ninguna novedad que es un deporte corrupto, con claros favoritismos, lagunas más que oscuras e injusticias que claman al cielo. Pero en la final individual de ayer llegué al límite, me dieron ganas de no volver a ver ninguna competición más. Lo que hacen con Bessonova, a mi juicio una de las mejores gimnastas de la historia, no tiene nombre. La ucraniana, quizá no tuvo uno de sus mejores días, pero tampoco lo tuvieron las demás si atendemos a unas notas bastante moderadas para tratarse de una final, y a una sucesión de fallos de unas y otras. Sin embargo, brilla con una luz especial, es la gimnasta más completa, expresiva, y elegante de todas. Es de las que salen al tapiz y te dejan con la boca abierta, y además representa a la vieja escuela, a una gimnasia más artística sin tanto artificio contorsionista encumbrado por las rusas, especilamente por la sobrevalorada Kabaeva. Nada que objetar ante el triunfo de Kanaeva, merecida victoria, aunque tampoco fue para tirar cohetes su participación. Y me alegro de la plata de la bielorusa Zhukova, porque también ha tenido que soportar muchas injusticias. Sin embargo ,Bessonova, debió ser subcampeona por lo menos, si los jueces hubieran puntuado con un mínimo de transparencia. Las notas que le dieron fueron tan bajas que ni siquiera supieron disimular, y la pobre lo encajó con entereza, como lleva encajándolo durante toda su carrera. Tras un conmovedor ejercicio de mazas, ejecutado con solvencia y de una belleza que ponía los pelos de punta, le dieron una nota que ni siquiera llegaba a los 18 puntos. La ucraniana reclamó, y vimos uno de los momentos más bochornosos de la jornada. Si quieres reclamar, necesitas un fajo de billetes para que los jueces revisen tu nota. Dicen que es para que se les quiten las ganas. ¿Cómo? ¿Pero dónde se ha visto algo parecido?. Lamentable. Consiguió una mísera décima más y a seguir con los despropósitos. En ese momento, Bessonova andaba en cuarto o quinto lugar, por detrás de la rusa Kapranova, quien había ejecutado un ejercicio de mazas pésimo y tampoco había brillando en el resto de rotaciones. Y es que, Kapranova, pese a estar entre las tres mejores gimnastas del mundo, es de una irregularidad pasmosa. Pero ya se sabe, un fallo ruso siempre vale la mitad que cualquier otro. Sólo quedaba la cinta y todo parecía indicar que Bessonova se iba fuera del podio. Salió a matar y tras la única nota decente del día (nota que hay que aclarar que tardaron muchísimo tiempo en decidir, mientras el estadio coreaba su nombre) logró la medalla de bronce. Me inclino a pensar que poco tuvo que ver con la justicia, más que nada fue porque si Kapranova hubiera quedado por delante habría sido el tongo más evidente de la historia. Así que, niñas ya sabéis, si no sois rusas no tenéis nada que hacer, casi mejor ni intentarlo. Lo que no logro entender es que las injusticias y las barbaridades cometidas por los jueces queden impunes año tras año. No me extraña que se diga que la gimnasia anda de capa caída. En fin. Bessonova, para mí eres y serás la mejor.

Y para terminar, mención de honor para Almudena Cid, una gran, expresiva y sólida gimnasta, porque estar entre las diez mejores en cuatro juegos olímpicos, es una proeza. Sobre todo sabiendo que es un deporte en el que prácticamente sólo tienen cabida las mujeres del este. Felicidades.

jueves, agosto 14, 2008

Toca decir adiós, con toda la calma del mundo. La que no ha logrado contagiarme hasta la prórroga, cuano te ves con un pie fuera y cierta nostalgia de un año más. Sé que cuando regrese, tal vez a deshoras, la ballena varada de lo intacto seguirá aquí. Flotando, como un asidero que dejas para cuando toque coger aire y parar. Mientras, seguiré con mi particular guiño a la urgencia. Coleccionando itinerarios, sin demasiado miedo a decidir. Buen viaje a todos.

sábado, agosto 09, 2008

Certezas a mí

Otra vez el semáforo en rojo
y toca pensar
cuando en realidad deberías aplicarte el cuento
el cuento o la enciclopedia o el psicoanálisis barato
el que haces cuando otros se olvidan de dormir


¿Pero qué hechos?
La teoría es una mierda si
las certezas se acuñan por aquello
del puñetazo en los morros de cualquiera
la misma vida si hace falta
y seguir


Casi sin aire sólo por gusto

No se deja de ser incoformista y blanda
de un verano a otro
de una parada de autobús a la casa de

viernes, agosto 08, 2008

"¿Hasta qué punto puede mentir un bostezo?
¿Cómo de caro es vivir panzarriba?
¿Se puede querer más?"

Dice el garabato naif ahora que se está volviendo sólido
Lo sé, Peter, crecer es una putada
Se va nublando el aie pícaro que poblaba las cejas
y se piede en horas de vuelo irremediables
irremediablemente se pierde
o no
Que ya no gastamos botas de agua dos números grandes
y no tenemos que explicar que el monstuo da miedo aunque no exista

(imbéciles, siempre existió)

No temas, Peter, te sigo viendo en pijama
la franela y la inocencia las guardo para ti

lunes, agosto 04, 2008

He dicho

De pronto dan ganas de escribir
otra vez
sin ritmo ni cadencia ni mucho que contar

Porque decirlo todo sería un disparate
una úlcera glotona y exigente
que no estamos dispuestos a asumir

Por eso las playas o la televisión
o ese rasto de voces cada vez más firme
llenando el espacio


Queremos abarcar
vencer al latido que nos tienta
hasta reventar de corazón

y ser niñas cursis
que coleccionan monstuos
dolbegados en algún rincón del armario
heridos tal vez de cotidianeidad