De borrachas pero lúcidas, o casi...

Escucho Antony and the Johnsons, y recapitulo lo que hablamos ayer entre mojitos. Gracias Laura y Ruth por la conversación, a veces se me olvida que hay gente en el mundo que sigue pensando. Y sé que es nazi mi idea, pero seamos honestos, no está para nada de moda pensar. Cuanto más gilipollas y vacío, mejor.

¿Conlcusiones? ni idea, pero básicamente fue un me cago en varias cosas. En la democracia que de democracia tiene poco, y encima se entiende como el único modelo posible, y el mejor. En el progreso, perverso concepto, que cree que hay una única forma posible de seguir hacia delante, y encima te la impone. En la manipulación indiscriminada, y todos, yo la primera, con el anzuelo hasta la garganta. En la idea del poder como algo fijo e inamovible, cuando somos nosotros, los que otorgamos poder a las cosas, y no al revés. En el desarrollo entendido como caridad, cuando no se trata de mandar asistencia y de crear una relación dependiente, sino de que cada país cree sus propias estructuras necesarias para el cambio. Y en los gobiernos que trasladan su responsabilidad a la gente, lavándose las manos, y dejándolo en la grupa de voluntariados y ongs. En el jodido concepto de utilidad para medir al mundo. En la esclavitud de una sociedad como esta, en la que te venden una supuesta libertad a cambio de ser por lo que tienes, o pareces. En el somos unos acomodados de mierda, dormidos, que no hacemos nada. Claro que sí, lo somos, pero que no me vendan la moto, porque está establecido de tal manera que todo es mucho más sutil, tan globalizado, tan aparentemente libre, que es imposible divisar claramente un enemigo común.

¿Tenemos fáciles las cosas? en cierto modo, sí, claro. Económicamente sobre todo. Pero se nos hace creer que el cambio no existe, que las cosas son lo que son, y que evadirse es la única forma de enfrentarse al vacío. Y una mierda.