El domingo, me cogía por sopresa "El fuego fatuo", mientras el sofá y yo tratábamos de desaparecer. No fue amor a primera vista, de hecho, la primera media hora hubiera deseado que el protagonista simplemente dejara de existir. Plop. Y sin embargo me pudo la espiral de Malle. Despedirse porque ni se quiso, ni te quiseron, para dejar una "mancha indeleble", era una premisa demasiado poderosa como para ignorarla. Y ahí estaba yo, volando detrás de un desgarro. Siempre me llamaron la atención los suicidas. Creo que es posbile morirse de lucidez. Tampoco voy a caer en tópicos románticos, ni en esa forma idiota de enaltecer la locura. Pero me hipnotizan las decisiones sin vuelta atrás. Verle los ojos directos y sin concensiones a la desesperanza. Alejandra Pizarnik murió de palabras, o de silencio, que viene a ser lo mismo. Se agotó en el verbo. Deshizo el camino a la deconstrucción. Woolf se ahogó siete pasos por delante de todos los demás. Plath, a Plath no la entiendo y por eso me fascina. Celan, de Celan no estoy segura ni de si alguna vez existió en sus poemas, tan de puntillas, tan rotos antes de hablar.
Lo que está claro, es que algunos se marchan para quedarse. En la memoria, en la nada, entre las páginas, o el vacío. No importa. Pero es una forma extraña, delirante, de permanecer. Y otros, escribimos por lo mismo. No en la memoria, ni en la nada, ni entre las páginas, o el vacío. Escribimos para quedarnos ahora. Una carrera a contrareloj.
miércoles, enero 17, 2007
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10 comentarios:
Hola nena, soy el proscripto. Ha de ser acojonante pero te hipnotiza y ya no sientes nada. Yo sí, siento haberte perturbado, lo siento por mí. Bah! Pasatelo bien y ya. Agur
????
¿Qué proscrito? ¿perturbarme?.
No he entendido nada.
Es bueno preguntarse para que escribimos, y más bueno aún contestarse.
No se porque escribo, es una compulsión, algo así como respirar o beber o mirar a los ojos claros de la vida o la muerte (¿no son acaso complementarias y necesarias la una para la existencia de la otra?)
Un saludo
"no quiero ir
nada más
que hasta el fondo"
dejó escrito la Pizarnik en su pizarra cuando se suicidó...
pero en nuestro caso, te robo las letras: Escribimos para quedarnos ahora...
Un beso, grande, grande
por suerte hay decisiones que no se pueden cambiar. porque si admiten marcha atrás ya no es tanto una decisión sino una apetencia, no crées? Besos!
Yo con Sylvia soy muy cautelosa, será porque su contradicción es más espesa. Pero con el tiempo empecé a creer que en ocasiones hay que aferrarse aún más a lucidez.
Escribo para poder ser en este instante algo más que silencio.
Aunque los susurros se olviden, se pierdan por el camino.
Yo, parafraseando a Borges o a quienquiera que dijese esa frase con la que al cabo, nadie se pone de acuerdo...escribo para que me quieran.
Es sólo una manera de no
dejarse llevar.
De no caer.
De no morir como mueren los demás.
Es una manera de procrear,y no perder la libertad.
Esuna manera de querernos a nosotros mismos.
Es sólo...
Me ha encantado. Volveré, un beso.
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