Como las buenas hormigas,
las que saben de metas
y otras cosas
que aparto con el pie
debajo de la cama,
vengo a saludarte.
Es un aullido mínimo
casi un roce metálico de llaves.
Pero vengo, o ya vine,
o sigo en pie en esta estela
de gota a gota por la espalda.
Es un aullido mínimo,
agonía de pájaro.
martes, enero 30, 2007
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6 comentarios:
Voy a por un megáfono para que se te oiga alto y clara ;-)
Qué buena eres, dios...y eso que no tienes tiempo para escribir, pluri...jajaja.
Un beso.
mínima es tu huella.
huérfanas las manos que dibujas.
las rimas, los codos, las rodillas.
Dile a ella, a clara,
que entre las nubes,
un claroscuro,
le dibuja estelas de arena y mar
para que pueda seguir nadando agusto.
esperaré otra vez, otro momento,
otro lugar.
y vendré a buscarlo por aquí.
un abrazo, amiga.
cuidese.
P.D. si quieres, ponle sombrero...
te imaginé llegando de puntillas, pero menuda aparición estelar ;-)
Un besazo, preciosa
precioso
mejor dejar que las hormigas sigan su camino, y disfrutar de pies descalzos y limpios
No puedo estar más de acuerdo con Greta!!
Risita metálica, pero nada de agonías, excepto las de la espera deleitante, que no es agonía de verdad.
Besos, todos seguidos, pero en prosa.
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