sábado, septiembre 15, 2007

Absurdos cotidianos

Soy un globo. Un absurdo globo rojo.

Tanto exceso de helio empieza a intoxicarme.
Alargo las palmas y diviso la ciudad que no ha hecho los deberes.
Qué poca decencia, maldita sea.

No me apetecen más nubes para cenar,
el último pájaro sabía raro,
muy raro.

Te agradecería que me pincharas
con altas dosis de cotidianeidad.

8 comentarios:

Antonio Mundaca dijo...

ahora falta que tampoco te guste la sopa

38 grados dijo...

Preciosa tu poesía y preciosos tus textos. LLevo poco tiempo en esto de los blogs y el tuyo está entre mis favoritos.Continúa así.
Un saludo

Pamela Bram dijo...

Para no perder el hilo de lo que significa irse volando?

Griada dijo...

Cotidianeidad... es algo tan necesario. ¡Tan maravilloso a veces!

Anónimo dijo...

Hola!
jejejeje...

El detective amaestrado dijo...

la cotidianeidad a veces es redonda y pincha mal

Anónimo dijo...

pues sí, a veces no hay nada más punzante.

Beso

Clara dijo...

Uy, qué de comentarios :)